17 de nov. de 2013.- Ayer en la tarde me acerqué a Las Américas de Maracay, constaté lo que vengo pensando.
Estaba
lleno, muy lleno; tanto, que militares custodiaban las puertas de
grandes y pequeñas tiendas…no para regular cuánto o qué se llevaban,
sino para cuidar a los comercios del salvajismo al adquirir, no comida,
ropa de marca y teléfonos inteligentes (etc).
La verdad no
veo ningún problema en que la gente quiera proveerse de bienes
materiales que seguramente con el esfuerzo del trabajo desean obtener,
pero ¿por qué la fuerza bruta? Sólo me hacen pensar una
cosa, es verdad: estamos en un país sin altos índices de corrupción,
violencia…y el dinero, alcanza para todo.
Todos tenemos
acceso a salir libres por las calles, encontrar vías alternativas para
no tener que lidiar con el tráfico porque la infraestructura vial está
al día con el crecimiento de la población, podemos hacer usos de ellas
incluso caminando a cualquier hora del día o de la noche sacando ese
lindo teléfono que me compré sin miedo a que me metan dos pepazos por
dárselos sin resistencia a unos chicos que tienen todos sus servicios
básicos cubiertos en la zona donde viven.
Como el sueldo
me alcanza (y el tiempo también por lo antes descrito) pues no me queda
de otra que ir de abasto en abasto a ver qué consigo, no porque no haya,
sino porque todos estamos tan aburridos en este país que tiene solución
para cada ápice de mi vida diaria, que sólo nos dedicamos a comprar
harina P.A.N.
Pero desde mis ventanas al mundo, veo otra
realidad. No la veo en dos colores y ni en dos discursos, la veo en
números. La eficiencia y la eficacia de una administración pública así
se miden y no hace falta ser gran estadista para medir en tiempo, la
eficacia de una administración.
Basta con caminar e ir
como Mario Bros tratando de cumplir misiones y como allí, encontrarse
con todo tipo de barbarie. Pero en este caso, la razón es que los que
ocupan puestos de planificación, desarrollo y administración pública, no
están claros en sus funciones porque no tienen aptitud para ello.
Hace
rato ya que eso es así, creo que desde que la política dejó de ser
¨una rama de la moral que se ocupa de la actividad… resuelve los
problemas que le plantea su convivencia colectiva. Es un quehacer
ordenado al bien común…Esta promueve la participación ciudadana ya que
posee la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario
para promover el bien común¨… Para convertirse en la máxima expresión
el Ego y la soberbia de quienes necesitan ser aplaudidos por masas para
sentir que tienen la razón y para ello, tratan de hacer uno que otro
bien social que les permita llegar a una tarima.
Pues de
allí, por supuesto, nacen los alienados que le aplauden. Sin querer
insultar a nadie, de verdad, desde lo más profundo de mi corazón.
Todos
tenemos algo de ¨mamá gallina¨, queremos cuidar a nuestros pollitos y
velar por el bien de nuestro corral. Pero la realidad es que somos
personas que gestionamos algo más que comida. Por nuestros propios
medios caminamos por las calles o transitamos en vehículos, hacemos uso
de hospitales, oficinas, espacios públicos, escuelas, universidades,
terminales de pasajeros, lugares de esparcimiento, consumimos cultura,
deportes, llegamos al final del día a nuestro entorno más íntimo que
mínimo, debería tener un conteiner de basura cercano.
Entonces,
hay quienes están y se formaron para proveer a la sociedad, organizada
cada uno para un fin, de lo antes descrito. Hay quienes deberían tener
una idea para que las masas puedan convivir, hay quienes deberían
ejecutar planes de urbanismo para no chocarnos tanto y terminar
apelando al buen humor o no de quien se encuentra en la misma situación
de solucionar alguna necesidad. Entonces, ¿de verdad necesitas hacer una
cola para un teléfono? Lo siento, creo que la tarea es exigir que
quienes ocupan los cargos de administración pública tengan la aptitud y
actitud de servir. Aparte de ser cuidadoso con cumplir ciertas reglas de
convivencia que no dependen de otros, como por ejemplo: poner luz de
cruce.
Sí, es un flanco importante luchar contra la
especulación de aquellos que nos han hecho victimas de leyes que
terminan siendo búmeran. Como la de arrendamiento, que nos dejó a las
madres sin poder alquilar nada. Una cuerda de vivos que ni siquiera
piensan en su corral (eso sería demasiada gente ya) burlan cuanta lucha
que se hace por igualar los derechos del acceso a todo. Ellos han hecho
de los guisos cadenas con candados para quienes solo queremos (y
podemos) una cotidianidad digna. Pero ojo, un país tiene una gran
¨brekera¨ y bastantes circuitos que deben ser atendidos. Un país está
constituido por miles de personas, pensamientos, derechos…necesidades.
Nuestra lucha, en mi opinión, es exigir eficacia.
La culpa
es de todos y no es de nadie, estamos en un punto que somos víctimas de
una evolución choreta pero no por eso vamos a dejar en manos de quienes
no saben hacer el trabajo (simplemente porque sus objetivos son
vanidosos o porque no ven las prioridades o porque lo intentan y no lo
logran) las riendas de nuestra casa que es nuestro país, fronteras que
solo fueron hechas para organizar humanos. Para eso sí deberíamos hacer
cola, para una vida diaria que te invite a vivirla. Una cola de
observación, exigencia y acción.